Con la llegada del otoño y la disminución de las horas de luz solar, algunas personas pueden experimentar un cambio notable en su estado de ánimo. Lejos de ser un simple “bajón” estacional, este fenómeno tiene nombre y tratamiento: se trata del Trastorno Afectivo Estacional (TAE), una forma de depresión reconocida por los organismos de salud mental que aparece todos los años, especialmente durante los meses más fríos y oscuros.
El TAE no debe confundirse con un malestar pasajero. Entre sus síntomas más frecuentes se encuentran la fatiga constante, la pérdida de interés en actividades cotidianas, aumento del apetito -especialmente por los carbohidratos-, dificultad para concentrarse, irritabilidad y una tristeza persistente.
En algunos casos, también pueden presentarse alteraciones del sueño, que van desde insomnio hasta una necesidad excesiva de dormir. Si no se trata, el trastorno puede evolucionar hacia una depresión mayor.
La causa principal está relacionada con la disminución de la luz solar. La falta de exposición al sol impacta en la producción de serotonina -un neurotransmisor clave en la regulación del estado de ánimo- y de melatonina, la hormona que regula el sueño. Esto, a su vez, altera el ritmo circadiano del cuerpo, generando desequilibrios que afectan directamente la energía, la motivación y el bienestar emocional.
Este trastorno afecta con mayor frecuencia a mujeres y adultos jóvenes, y es más común en regiones donde los inviernos son largos y con poca luz natural. Solo en Estados Unidos, se estima que más de 10 millones de personas conviven con el TAE, según datos del Instituto Nacional de Salud.
Especialistas en salud mental advierten que muchas personas no reconocen el vínculo entre el clima y su estado anímico. Síntomas como el cansancio o los cambios en el apetito pueden pasar inadvertidos si no se identifican como parte de un patrón estacional.
Afortunadamente, existen tratamientos eficaces. El más utilizado es la fototerapia, que consiste en exponerse diariamente a una lámpara especial que simula la luz solar, aseguraron en la empresa Boreal Salud. También puede indicarse medicamentos, dependiendo de la intensidad de los síntomas. Principalmente, mantener una rutina regular de sueño, realizar actividad física y aprovechar al máximo la luz natural durante el día pueden contribuir significativamente al bienestar.
Detectar a tiempo los síntomas del Trastorno Afectivo Estacional y consultar con un profesional de la salud son pasos fundamentales para prevenir complicaciones y mejorar la calidad de vida durante los meses más fríos del año.
Fuente: La Gaceta