¿Hay algún factor que haya influido en el precio desmedido de los medicamentos este último tiempo, alcanzando subas de un 70 y hasta 100%?
Quienes tenemos una responsabilidad en la gestión de administrar recursos en salud, lo hice en la función pública provincial, en la nacional y ahora en la actividad privada, sabemos que en salud los recursos son limitados y los gastos, ilimitados.
Siempre la capacidad de financiamiento va por detrás de las necesidades, y lo que venimos observando hace un tiempo es que en esta mesa de negociación, donde se discute cómo distribuir los recursos escasos en salud, participamos todos, los trabajadores, el Estado, los particulares, quienes brindan los servicios de salud, los profesionales, los institutos, los sanatorios.
Pero hay un actor muy importante que no participa en esa mesa de consenso, o más bien mesa de mucha tensión, con un elemento determinante como los medicamentos, que son los laboratorios extranjeros representados por CAEME y los nacionales por CILFA, que miran como si fuese desde afuera la película.
Son más de 230 laboratorios en Argentina, de los cuales el 10% provee más del 60% de los productos que consumimos los argentinos, a pesar de que hay libre competencia, hay un proceso de concentración de esa oferta de medicamentos.
Ellos ponen al acceso de la población y de los propios financiadores los precios que ellos determinan y que los demás, tanto las obras sociales, de medicina prepaga y el propio Estado pagan sin tener capacidad de negociación.
La propia sociedad termina pagando la cuota que no cubre la seguridad social, el Estado o la medicina prepaga, de su bolsillo. Y esos precios se incrementaron en la proporción mencionada, muy por encima de la inflación.
Y ni la Confederación Farmacéutica Argentina, ni el Sindicato de Farmacéuticos Argentinos, y distintas fuentes que hemos buscado explicaciones, no escuchamos argumentos técnicos sólidos que justifiquen tamaño incremento de los precios.
A eso se suma un elemento más, que si uno toma el manual farmacéutico donde más o menos están presentados 10.000 productos en la oferta de medicamentos, cuando el Indec toma el aumento de los medicamentos habla de un 65 y 70% pero algunos aumentaron mucho más que eso.
Un dato muy significativo es que cuando uno ve cuáles son los 100 productos de mayor consumo en la Argentina, allí los incrementos fueron mucho más importantes entre los años 2019 y 2021, por encima del 400%, muy por encima del dólar, la inflación o cualquier parámetro razonable.
¿Por qué la industria farmacéutica no forma parte de esta mesa nacional que lleva adelante el gobierno y donde se debaten los financiamientos y los costos de los medicamentos?
Es una excelente pregunta, muchas veces propuse que nos sentemos con la industria para dialogar sobre este tema y la respuesta era ‘Mario, ¿con los laboratorios? ¿No conocés la historia argentina de los laboratorios?’.
Creo que el único que tiene capacidad de poder sentarse a dialogar en serio con los laboratorios es el Estado argentino, el ministerio de Salud, el que tiene la envergadura, el volumen, la caja, el tamaño para hacerlo, o lo puede hacer el ministerio con otras organizaciones muy importantes como la experiencia del PAMI por ejemplo, u obras sociales tan importante como el IOMA en la provincia de Buenos Aires, o las sindicales más importantes como Osecac, la Uocra, la UOM, o los miembros de las distintas cámaras de las pymes.
Incluso hay experiencias por parte del Estado de licitaciones de precios de algunos medicamentos por ejemplo para tratamiento de HIV, o de hepatitis C, con compras centralizadas, que son los únicos casos en la Argentina donde se demuestra que sí es posible fijar precios con los laboratorios.
¿Cuáles son los medicamentos que han aumentado su precio, principalmente durante la pandemia?
Todos los que tuvieron que ver con las terapias intensivas, en la asistencia respiratoria hubo incrementos que superaron el 1000%, todos aquellos medicamentos que fueron críticos, es decir que superaban la demanda de medicamentos, producto de la saturación en la ocupación de las terapias, en lugar de que los laboratorios o la industria abasteciesen sin inconvenientes, fue un momento que se aprovechó para la disparada de precios que comprometían la asistencia de estos medicamentos.
Allí, en mi opinión, el Estado debió haber actuado con un papel rector regulador y muchas veces ahí la tortuga se le escapó. Muchas veces los sanatorios, el propio hospital público terminó pagando precios descontrolados, que en la vorágine de resolver la vida y atender las situaciones que transitábamos, no se discutía mucho el tema de los precios.
De estos 100 productos, analgésicos y ansiolíticos, han sido los medicamentos que mayor nivel de aumentos tuvieron en el último periodo del 2020-2021 que superó 400%.
Por ejemplo, todo lo que tiene que ver con las aspirinas, en todas sus marcas, o los ibuprofenos que tenían prácticamente un acceso libre, tienen un incremento del 2019 al 2021, sin ningún sentido.
¿Qué balance hace de este último año respecto al sector de la medicina privada?
Algunos datos, como en el conjunto de la economía, hay un proceso de concentración en la actividad, cada vez, a pesar de que son 735 empresas registradas en la superintendencia de la seguridad social, que es el organismo que las controla, cada vez el sector está mucho más concentrado en pocas empresas.
Según ACAMI, una de las cámaras más representativas del sector, el 35% de esas empresas concentran el 95% de la actividad. Allí están todas las empresas de carácter comercial, mutuales, todos los formatos jurídicos, es decir, un proceso de concentración muy importante.
En segundo lugar hay un achicamiento de la población de afiliados voluntarios. La actividad de las empresas de medicina prepaga o privada tiene dos componentes, los afiliados voluntarios, aquellos que pagan su cuota, número que se achicó de 2.200.000 beneficiarios a 1.800.000, es decir que hay una caída de afiliados voluntarios que con su bolsillo pagan la cuota.
El otro elemento a destacar es que han quedado muy pocas empresas que miden al interior del país, como el caso nuestro. Boreal es una empresa parada en el norte argentino con desarrollo en 11 provincias. Este tipo de empresas han tendido a desaparecer, han quedado focalizadas a un ámbito geográfico mucho más limitado.
Por otro lado, un dato muy importante es que producto de la pandemia, “el espanto nos unió”, hubo un crecimiento del proceso asociativo de las pymes en cámaras, como el fortalecimiento de dos cámaras muy importantes como es EMPRA, combinación de pymes de formato jurídico comercial y mutual, y FAMSA que son mutuales y cooperativas, que entre todas conforman las pymes en salud privada de la Argentina.
Fuente: Grupo La Provincia
Superintendencia de Servicios de Salud - Órgano de Control de Obras Sociales y Entidades de Medicina Prepaga
0800-222-SALUD (72583) - www.sssalud.gob.ar - R.N.E.M.P. Nº 1165